LA HUELGA DE LAS BANANERAS FUE UNA HUELGA POLÍTICA DE MASAS CONTRA LOS ENEMIGOS DEL PUEBLO
LA HUELGA DE
LAS BANANERAS FUE UNA HUELGA POLÍTICA DE MASAS CONTRA LOS ENEMIGOS DEL PUEBLO
En cuanto al factor del apoyo y
solidaridad de la clase y de las masas del pueblo, en la zona bananera existían
dos condiciones de gran importancia para la lucha de los trabajadores. La
condición objetiva de las contradicciones entre la United Fruit Company y las masas de la zona bananera, incluidos por
supuesto principalmente los obreros asalariados de la Compañía. Tanto los
pequeños y medianos cultivadores de banano como los comerciantes, tanto los
colonos como los campesinos y artesanos, todos eran atropellados por los
privilegios de la frutera yanqui, y por tanto, todos sentían sus intereses
representados en el Pliego de los obreros. La otra condición, la subjetiva, la
describe muy bien Ignacio Torres Giraldo:
“Las masas estaban saturadas de ideas revolucionarias seguramente muy confusas,
pero que tenían la virtud de unirlas, de alinearlas para la lucha conjunta. ¿En
qué consistía esta lucha y cuál era su finalidad? Ahí era donde la claridad
faltaba. Pero es indudable que la gente veía —o creía ver— en esta oleada en
aumento de las fuerzas vitales del pueblo trabajador, ¡la caída del régimen
odiado de la hegemonía conservadora, instrumento dócil de la United Fruit
Company!”
Esas dos condiciones permitieron
transformar la Huelga de los obreros en un movimiento político huelguístico desde
abajo de los obreros y sus familias en alianza con los campesinos, colonos,
artesanos y comerciantes de la zona bananera.
Así la Huelga de las Bananeras
fue una Huelga Política de Masas, que representó la fuerza social y material
del movimiento y fue determinante en las conquistas alcanzadas, tanto para toda
la clase obrera como para las masas trabajadoras, conquistas que el Estado de
los explotadores se vio obligado a rubricar como leyes para todo el país.
• En 1931 se reconoce el derecho
de asociación en sindicatos, negociación colectiva y contratación directa.
• En 1934 la jornada laboral de
8 horas y 48 semanales.
• En 1934 el derecho al salario
para mujeres y menores.
• En 1936 el pleno derecho de
huelga que ya era reconocido formalmente desde 1919.
Derechos laborales fundamentales
que se extendieron a todos los trabajadores, lo cual sirvió para mejorar las
condiciones de trabajo y de vida de las masas del pueblo. De ahí en adelante,
solo la lucha directa de los asalariados podría mantener y mejorar tales
conquistas o en su ausencia irlas perdiendo paulatinamente, como en efecto
ocurrió.
La Huelga de las Bananeras
demostró que es completamente errónea la creencia de los oportunistas patronales,
de que “los trabajadores solo pueden luchar, organizarse y exigir si lo permite
la ley”. ¡Falso! Las leyes laborales beneficiosas para los trabajadores como
las de los años 30, fueron producto de la lucha obrera directa contra sus
enemigos. Como también, las leyes laborales beneficiosas para los capitalistas
como las actuales, son producto de la ausencia de la lucha obrera y de la política
de conciliación con los enemigos.
Y como si fuera poco, la gran
Huelga Política de Masas en la zona bananera, dejó sin piso al Gobierno de
Abadía Méndez dando fin a 30 años de régimen conservador de los terratenientes.
Por las limitaciones de consciencia y organización política independiente de la
joven e inexperta clase obrera, la Huelga Política de Masas en la zona bananera
logró causar una crisis política en los gobernantes, pero no se transformó en
una crisis revolucionaria contra el poder pro-imperialista de la burguesía y
los terratenientes. Si la solidaridad con la Huelga se hubiese extendido más
allá de algunos sectores obreros que la brindaron en otras ciudades, y se
hubiese expresado en Huelgas Política de Masas en otras regiones del país, el
impacto revolucionario de la Huelga Bananera hubiera sido mayor. En
consecuencia, fueron los liberales —el partido de la burguesía en aquella época
— quienes asumieron Gobierno y la dirección del Estado de dictadura de los
explotadores pro-imperialistas.
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