Educando a las bases


Gaceta Sindical Independiente No. 8
agosto de 2017

LAS SEDES SINDICALES SON UNA CONQUISTA DE LA CLASE OBRERA IMPIDAMOS SU VENTA

CARTA ABIERTA A TODOS LOS OBREROS DE FABRICATO


La sede sindical de Sintratextil y Sintrafateco ha sido un legado de los obreros de Pantex en la década de los 70, sirvió de punto de encuentro y organización para la poderosa huelga en el año 1982, la cual duró 33 días, fue una huelga histórica por la gran participación, solidaridad del movimiento obrero acompañados de sus familias.

Las sedes sindicales tienen gran importancia en el movimiento obrero por ser el espacio para impulsar la organización, educación, la cultura de los trabajadores; en ellas se cualifican los trabajadores para enfrentar a los patronos contra sus nefastas medidas, son espacios para elevar en nivel de conciencia a la comunidad, solidaridad a los sectores en conflicto y al servicio de los trabajadores tercerizados.

Las sedes al ser una conquista de los trabajadores NO SE VENDEN, SE CONSERVAN PARA LA LUCHA ORGANIZADA DE LOS OBREROS ANTE EL ESTADO Y LOS PATRONOS.

La Escuela Sindical María Cano fue convocada a una reunión por parte de Carlos Gallego (Presidente Sintrafateco) y Adolfo Orrego (presidente Sintratextil) donde nos manifiestan algunas inquietudes frente al Comité de Unidad y la relación con la escuela y nos expresaron la clara intención de vender la sede sindical que ha sido objeto de controversia con dicho comité, a los que se han sumado un grupo de obreros que también están en oposición a que sea vendida una sede que ha sido fruto del trabajo de los obreros, que con su cuota sindical la adquirieron y la han sostenido con en el paso del tiempo.

La Escuela deja en claro ante las bases obreras y dirigentes sindicales, que por ningún motivo está de acuerdo que las sedes de los sindicatos sean vendidas, por lo anteriormente expuesto y que dichas decisiones de vender o canjear, deben ser tomadas en Asambleas generales y no de delegados, pues reconocemos que son su máxima autoridad, mientras las Juntas directivas, son solo una representación de los obreros, ellos (dirigentes) deben acatar el mandato de las asambleas y no al contrario.

La escuela deja claro además, que en la reunión celebrada con los dirigentes Carlos Gallego y Adolfo Orrego, se les explicó las razones de porque es un grave error y una actitud incorrecta, de vender la sede, pues va en contra de todos y cada uno de los obreros activos e incluso jubilados de Fabricato, máxime ahora que campea la inestabilidad laboral y donde los compañeros llamado en el argot del obrero “ley 25” necesitan de una organización sindical consecuente, hoy más que nunca, de las sedes y de dirigentes conscientes, firmes, trasparentes y decididos a luchar contra la inestabilidad laboral y por recuperar el sindicalismo de la política de la conciliación y concertación de clases, y ponerlo en senda de la organización, la educación y la lucha.

Los dirigentes obreros deben empezar a actuar de manera distinta, deben diferenciarse, de los dirigentes oportunistas y por tanto su comportamiento personal debe corresponderse con los grandes ideales que defienden, empeñarse en convocar a los obreros a la educación de las bases como parte indispensable de todos los planes de trabajo de los sindicatos, cursillos sindicales, una propaganda y agitación permanentes. Se deben publicar periódicos como órganos de educación y propaganda. No seguirle el juego a los dirigentes vendeobreros de decir “que no hay con quien” cuando en Fabricato cerca de 1.700 obreros están atados al sindicato patronista.

Aprender de los errores pasados para no volverlos a cometer, como lo sucedido con la sede de Sintratextil en el Parque del periodista reducida a un pequeño sitio de reuniones y unas cuantas oficinas, a no cansarse de convocar a los obreros a su sede, para planear y organizar la lucha, sin excusas de que son de tal o cual sindicato sino convencidos de la necesidad de reunirlos.

De definir claramente que una cosa son las contradicciones en el seno de los trabajadores y otra cosa son las contradicciones con sus enemigos, por lo tanto ninguna represalia con los obreros o compañeros de junta que no piensan igual, saber unirse en el trabajo a ellos, escucharlos. El trato fraternal, las discusiones argumentadas y la toma de decisiones por votación deben ser la práctica en todo tipo de reuniones.

 Hacemos un llamado a todos los obreros de FABRICATO sindicalizados o no, con estabilidad o no a que no permitan la venta de ninguna de las sedes con que hoy cuentan, pues son bastiones de lucha para confrontar a la patronal, dejándole en claro a los dirigentes que hoy tienen la pretensión de vender la sede de Sintratextil - Sintrafateco que con argumentos baladíes y falsos les quieren convencer de la “necesidad” de vender dicha sede.

¡No a la venta de la sede Sintratextil – Sintrafateco, luchar por conservarla!
¡Luchar por la reestructuración del movimiento sindical!
¡Exigir a los dirigentes de Sintratextil y Sintrafateco a hacer planes para impulsar la vinculación de nuevos obreros al sindicato!

Con afecto
Escuela Sindical María Cano
Subdirectiva Medellín
Medellín, 6 de julio de 2017

Con copia a las juntas directivas de Sintratextil – Sintrafateco


Unámonos como hermanos que nadie nos vencerá

Ante las políticas del gobierno contra los trabajadores, sectores como el ministerio de trabajo, el magisterio, los habitantes de Buenaventura entre otros, se han manifestado logrando algunas reivindicaciones; sin embargo se nos ha impuesto una serie de medidas arbitrarias como el porcentaje de descuento en los salarios de los pensionados, malos servicios de salud, un código de policía que justifica sus atropellos, la reforma tributaria etc. que contribuyen a hacer a los empresarios cada día más ricos a costa de la pobreza de los trabajadores.

Estos atropellos se siguen cometiendo, y ante esto no queda otra opción más que conquistar nuestros derechos mediante la lucha organizada, cualquiera diría que las manifestaciones y paros que se han hecho son lucha organizada, pero a pesar de serlo, han sido luchas aisladas, libradas sólo por los sectores directamente afectados; estas luchas solo consiguen reivindicaciones pequeñas de los intereses de tal o cual sector, pero la única salida efectiva, lo único que nos dará las reivindicaciones de todos, ya no en beneficio de un solo sector es la unidad de clase, la solidaridad de todos los sectores; “conquistar los derechos a través de la lucha organizada” implica la unión, una lucha conjunta entre todos los sectores la manifestación más sincera, y hasta ahora más apaciguada exigencia de nuestros derechos y los de las futuras generaciones “la solidaridad de clase” concepto que implica llevarnos las manos al corazón y ponernos en los zapatos del otro, una noble fraternidad entre hermanos de clase que logra aliviar las cargas.

Cuando nos unimos todos por una misma causa logramos impedir que algunos dirigentes “negocien” los pliegos de petición en beneficio de sus intereses personales, así mismo les obliga a ser consecuentes, quiéranlo o no, con todas las reivindicaciones de clase, también nos garantiza que se mantenga lo que se conquista. La solidaridad de clase se constituye en un poderoso muro difícil de tumbar, no solo por medidas que frenan las conquistas sino también por la represión. Fortalece nuestra convicción con firmeza, luchar unidos, abre nuestros ojos en la búsqueda de soluciones, mientras más cabezas se concentren en un mismo objetivo la respuesta será más efectiva.

En palabras del poeta Chileno Pablo Neruda de su escrito titulado “El estribillo del turco”:

Dulce hay que ser y darse a todos,
para vivir no hay otro modo
de ser dulces. Darse a las gentes
como a la tierra las vertientes.
Y no temer. Y no pensar.
Dar para volver a dar.
Que quien se da no se termina.
Cómo se dan sin terminarse, hermano mío
al mar las aguas de los ríos


Gaceta Sindical Independiente No. 7
abril de 2017

El autómata firma, el proletario lucha y transforma


En la actualidad son muy conocidos y repudiados por el pueblo en general los escándalos de corrupción a nivel de todas las instituciones del Estado, al igual que las medidas antipopulares de los gobernantes como por ejemplo el represivo código de policía, la leonina reforma tributaria o el abusivo aumento en el costo del transporte público, situaciones que despiertan el inconformismo popular que se manifiesta en acciones espontáneas como bloqueo de vías, plantones, mítines o cacerolazos por medio de los cuales las masas obreras consiguen hacer oír su voz de protesta.
En medio del  fragor de estos acontecimientos saltan a la escena política grupos o personajes que se autodenominan “amigos del pueblo” con iniciativas aparentemente innovadoras democráticas e “independientes” que consisten en recolectar millones de firmas para “referendos”, “consultas populares”, “revocatorias de mandatos”, entre otras.
Este tipo de propuestas no se corresponden con la situación objetiva de los trabajadores que exige soluciones reales y cambios verdaderamente sustanciales en el país; por el contrario estas iniciativas están basadas en ideas erróneas respecto a que la sociedad se puede cambiar a base de reformas y que no habrá por consiguiente necesidad de lucha entre las clases sociales con intereses contrapuestos.
Propuestas como estas que parecen muy democráticas y populares no dejan de ser engaños que buscan manipular al trabajador y encausar su indignación para los fines exclusivos de los pacifistas enemigos de las vías de hecho, las únicas que históricamente han logrado que los trabajadores conquisten sus derechos; con las firmatones los “amigos del pueblo” contribuyen a reducir el potencial político e intelectual del obrero dejándolo al nivel de un autómata capaz únicamente de firmar una petición o marcar una papeleta electoral; valor equivalente al que le da la burguesía, que lo ve como simple bestia de carga.
Contrario a lo anterior, la política del proletariado basada en el análisis concreto de la realidad, le permite comprender que el Estado es un aparato al servicio de las clases económicamente dominantes, que las leyes cambian según la dinámica de la lucha de clases, así cuando la fuerza del proletariado estalla en las calles repercute directamente en el órgano legislativo del Estado que se ve forzado a ceder ante las reivindicaciones populares, pero cuando la clase obrera retrocede los explotadores avanzan y a través de su Estado arrebatan todo cuanto esté a su alcance.

En conclusión NO es la “fuerza” de la firma ni la idea moral o jurídica, lo que obligue a los explotadores a ceder ante una exigencia obrera; lo verdaderamente determinante son las fuerzas vivas del proletariado materializadas en hechos, las que obligan a los capitalistas a retroceder ante la perspectiva del desarrollo de un poderoso movimiento de masas capaz de transformar de manera definitiva este caduco orden social por uno más acorde con el progreso de la humanidad.

Gaceta Sindical Independiente No. 6

febrero de 2017


8 de Marzo Día Internacional de la Mujer


La Escuela Sindical María Cano invita a todos los trabajadores a conmemorar este día en honor a las mujeres mártires de la lucha obrera mundial contra la opresión y la explotación, emulando el trabajo de todas las compañeras que actualmente siguen su ejemplo, porque saben que la liberación de la mujer empieza arrancándola de los quehaceres domésticos embrutecedores; que la tarea principal del movimiento obrero es luchar por la igualdad económica y social de la mujer, y no solo por la igualdad formal y jurídica.
Invitamos a todos los compañeros activistas en la lucha por un Sindicalismo con independencia de clase, a diferenciarse en la práctica del sindicalismo burgués, actuando con respeto y valoración del trabajo de la mujer, promoviendo a las compañeras con la educación en la conciencia de clase, confiándoles responsabilidades en la dirección de la lucha y la organización sindical de los trabajadores.


¡LA LIBERACIÓN DE LA MUJER HACE PARTE DE LA EMANCIPACIÓN DE LA CLASE OBRERA!

División sindical, victoria patronal


Los patrones le temen a la unidad de los obreros porque cohesiona y da fuerza a la lucha sindical. La división de los obreros solo favorece a los patrones, estos apadrinan, apoyan y defienden los sindicatos patronales para dividir y debilitar la lucha de los trabajadores.
Aunque es un hecho objetivo que los obreros se encuentran del mismo lado, frente al patrón, esto no implica que estén de acuerdo en todo y que no existan diferencias entre ellos; por el contrario existe una serie de condiciones como la desorganización, falta de conocimiento, de experiencia, diferencia de opiniones, etc., que generan contradicciones entre los trabajadores y al interior de sus organizaciones sindicales, ante lo cual se manifiesta una tendencia a resolver los problemas “partiendo cobijas”, es decir, dividiendo los sindicatos.
En cuanto a esta tendencia es necesario tener presente que las contradicciones entre trabajadores NO son antagónicas o irreconciliables y por tanto deben tratarse diferente a las contradicciones con el patrón, para lo cual la experiencia histórica del movimiento obrero ha heredado a los trabajadores un arsenal de enseñanzas que si se practican en los sindicatos, evitarán su división.
Algunas de estas enseñanzas son:
1.  La crítica oportuna y respetuosa hacia los demás, buscando ayudar a corregir los errores, NO buscando atacar al compañero.
La autocrítica, es decir el reconocimiento de los errores propios con el leal compromiso de corregirlos.
2.  Toda discusión que se dé al interior de una organización obrera parte de un nivel de unidad, se da el debate, los argumentos y la lucha de ideas buscando un nivel mayor de unidad, NO buscando dividir la organización.
     Se discute entre compañeros, NO para destruirse los unos a los otros sino para elevar el nivel de comprensión al interior de la organización.
3.  Sacar lecciones de los errores ya cometidos para evitarlos en el futuro, es esta la manera de sacar provecho a las derrotas.
4.  No cansarse de educar tanto a las bases como a los dirigentes, siempre hay algo que enseñar y mucho que aprender.
5.  Unirse en el trabajo con compañeros que tengan opiniones diferentes a las propias.
6.  Evitar el menosprecio hacia las ideas u opiniones de los demás afiliados y en la medida de lo posible tenerlas en cuenta a la hora de analizar los problemas y dar las orientaciones. Los dirigentes no deben tomarse la libertad de pensar por los demás, por el contrario deben aprovechar todas las inteligencias y ampliar así la capacidad de razonamiento de la organización obrera ya que de esta manera garantizan la dirección colectiva de la misma.
Dividir los sindicatos es atomizar la fuerza y capacidad de lucha de los trabajadores y facilitarle al patrón el trabajo de golpear una serie de pequeños y dispersos sindicatos que no estarán en la capacidad de resistir en la defensa de los muy diezmados derechos de los trabajadores y mucho menos de pasar a la ofensiva por la reconquista de todo lo que la burguesía le ha arrebatado a los obreros.

El propósito es formar un potente sindicato de masas de aquellos que otrora consiguieran las mejores conquistas del proletariado colombiano y que hoy día son una necesidad latente del movimiento sindical.

Independencia de clase, no es mito sino necesidad real


Hace ya varios años la independencia de clase ha sido olvidada en el seno de las organizaciones sindicales. Este hecho no es casualidad, pues cuando se habla de independencia de clase quiere decir que cada una tiene sus intereses, su ideología y métodos, por tanto deben actuar consecuentemente con ellos.

Cuando se olvida cuáles son los intereses de clase y por tanto su ideología, la actuación de cada una solo puede favorecer a la clase contraria, en una sociedad en la que existen dos clases sociales principalmente. En la historia del movimiento sindical en Colombia los trabajadores han olvidado su objetivo principal cual es defender sus propios intereses, su actividad se ha transformado y reducido a defender los intereses de la burguesía, por lo que los resultados hablan por sí mismos.

Los sindicatos que no han sido consecuentes con los intereses de la clase que representan han dejado a la burguesía el camino fácil, para arrebatar las reivindicaciones que el proletariado había conquistado consignadas en las Convenciones Colectivas con lucha, sudor y sangre; tales como la estabilidad laboral, jornadas de 8 horas, descanso de sábado y domingo, condiciones dignas en salud para el trabajador y su familia, regímenes especiales, jubilación al cumplir 50 años para hombres y mujeres, etc. La diferencia es notoria.

Cuando el movimiento sindical actuó consecuentemente a sus verdaderos intereses, la clase obrera en su posición de explotada, con la lucha y la confrontación obtuvo grandes resultados, pues en el sistema capitalista no puede ser de otra forma como se consiguen los derechos.

Hoy, muchas organizaciones sindicales han llegado hasta el punto de ponerse en la posición de enemigos de los trabajadores, comportándose como patrones y perseguidores, no solo bajo el contratismo sindical practicado por la cgt, con el silencio cómplice de la ctc, cnt y la cut sino también con señalamientos para que los trabajadores sean despedidos. En otros casos, se dicen independientes por el hecho de no estar afiliados a ninguna central, pero aunque no estén bajo su yugo, sus métodos e ideología son burgueses. En estas organizaciones las decisiones son tomadas por uno o unos directivos (no dirigentes) y no por la base sindical, la que a su vez es tratada como un relleno que debe obedecer y no como la verdadera fuerza que mueve al mundo con su trabajo.

Hoy el movimiento obrero requiere y reclama a gritos organizaciones realmente a su servicio, lo reclaman los niños que mueren de hambre, las personas que día a día mueren en los centros de salud sin la atención debida, aquellos que al ser devorados por el propio capitalismo son arrojados a la calle con enfermedades profesionales que deberían ser asumidas por los capitalistas, quedando los trabajadores sin ninguna garantía, todos aquellos que dan su vida en la creación de los bienes que el hombre necesita para vivir, mueren sin disfrutarlos.

Es hoy y es ahora cuando todos los explotados conscientes, no solo de las necesidades que tienen sino de su poder como fuerza organizada, deben poner las organizaciones sindicales a su servicio, en defensa de sus derechos, como respaldo en contra de la burguesía porque esta no se detiene cuando se trata de aumentar su ganancia no le importan las consecuencias nefastas para el trabajador. Es ahora cuando la independencia de clase debe dejar de considerarse un mito para nuevamente hacerse realidad.

La masacre de Santa Bárbara, Antioquia

(23 de febrero de 1963)Cementeros - cementerios


Apostados sobre el pavimento, obreros de cementos El Cairo estaban dispuestos a defender con valentía la Huelga, con su pliego de peticiones solo pretendían reivindicaciones justas para soportar este infierno capitalista.

100 militares fuertemente armados escoltaron la caravana de 40 volquetas rompehuelgas, su objetivo: sacar a la fuerza el cemento y el Clinker (materia prima para su elaboración) “costara lo que costara”.

El gobierno, siempre del lado de los empresarios defendiendo a toda costa sus intereses, mandó a sus perros guardianes a pisotear a los obreros cementeros. El comandante dio la orden a los huelguistas de retirarse de la carretera, pero los obreros y los vecinos que apoyaban la huelga dijeron ¡NO!, estos armados con piedras, los otros con fusiles.

Se preguntaban los obreros ¿Acaso los soldados no son hijos de obreros y campesinos? ¿Acaso el gobierno no es nuestro amigo? La respuesta fue la metralla, la sangre inocente derramada, inermes humanos corrían y se escondían en los cafetales, estupefactos por aquella respuesta cobarde.


“El gobierno es enemigo del obrero”, esta frase quedó marcada e inmortalizada con sangre en las calles de Santa Bárbara.


Gaceta Sindical Independiente No. 5

Diciembre de 2016  


La ideología y los sindicatos


La lucha de la clase obrera se libra en varios terrenos: político, ideológico y económico. Esto significa que NO se puede desligar una del otro sin caer en errores que ocasionan la perdida de la independencia y la sumisión del trabajador ante la clase que lo explota y oprime.
El sindicato como organización que lucha por la defensa de los derechos de los trabajadores cuyo centro de actividad es la lucha económica (manifiesta en mejorar las condiciones de vida de los obreros), NO puede luchar exclusivamente en este terreno, siendo necesario desplegar una batalla también contra las ideas que afectan la unidad y reducen la combatividad de la organización.
Varias son las ideas que terminan dividiendo, acabando o simplemente desmovilizando a los sindicatos. A continuación algunas de ellas:
1.  El apoliticismo: Esta idea ha sido desarrollada para mantener en la ignorancia política a los trabajadores; con el argumento de la “política no es asunto mío ni del sindicato” se afianza el control que ejercen los capitalistas y se condena a los obreros a vivir alejados de las decisiones del Estado y del gobierno que van directamente contra sus intereses.
2.  La insolidaridad: Un sindicato que solo luche por sus intereses dando la espalda a otros problemas termina aislándose, lo que lleva a que reduzca sus fuerzas. No apoyar a otros que tienen los mismos problemas, es olvidar que somos una misma clase social con intereses y enemigos comunes.
3.  El conformismo: Es más fácil quedarse con los brazos cruzados ante los problemas que luchar por resolverlos… ¿pero esto soluciona algo? NO! Esta idea burguesa se manifiesta incluso en la educación política que algunas organizaciones sindicales le niegan a su base con el argumento de que la gente no quiere aprender o le da pereza prepararse.
4.  El caudillismo: Querer controlar el sindicato como un patrón de este, ha causado gran daño al movimiento sindical. Hay sindicatos que permiten que sea una persona y no la asamblea la que decida sobre asuntos de importancia que afectan a todo el sindicato. Incluso se ha visto que quienes controlan de esa forma a las organizaciones terminan hasta expulsando a sus compañeros porque se sienten desenmascarados.
 Como se ve son varias las ideas que trasmiten la influencia burguesa en los sindicatos. Es deber de quienes luchan por reestructurar desde sus cimientos al sindicalismo tener claro cómo y cuáles son las ideas que afectan la unidad, pues de nada sirve cambiar a uno u otro compañero si continúan aplicándose los mismo métodos lesivos y se sigue fomentando la ideología burguesas entre la base.



El papel de la mujer en el movimiento sindical


El pasado 25 de noviembre la burguesía por todos los medios de comunicación celebró el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, como siempre todo lo que hace es mostrar en la apariencia que se preocupa por las condiciones de la mujer.
Dice en una de sus declaraciones: “la violencia contra la mujer es consecuencia de la discriminación, tanto en leyes como en la práctica, y la persistencia de desigualdades por razón de género”.
En la apariencia se muestran como si defendieran los derechos de las mujeres y reconocen que existe discriminación de género en esta sociedad, lo que no pueden decir es que esa discriminación es producto de la lucha de clases, una de las primeras grandes divisiones de la sociedad como lo dice Engels:
 “Con la aparición de las clases, se dio la primera gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo. El hombre empuñó también las riendas en la casa; la mujer se vio degradada, convertida en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción”. Federico Engels, El origen de la familia, de la propiedad privada y el Estado.
Es decir, que con la primera gran división de la sociedad en clases sociales surge la doble opresión sobre las mujeres, bien reconocida como la opresión marital y la del patrón, de conjunto la doble opresión de la sociedad sobre las mujeres. En las postrimerías del imperialismo última fase del capitalismo es cuando la sociedad en su agonía se descarga con más fuerza contra las mujeres, lo muestran en las novelas que transmiten, donde venden una imagen de la degradación de las mujeres que son golpeadas, asesinadas y tratadas como cosas.
La realidad es que cada tres días ocurre un feminicidio y cada día en Colombia 140 mujeres son agredidas por sus compañeros, esta cifra es solo lo que se puede conocer, hace apenas unos días a una mujer en el Valle del Cauca la empalaron, todas estas atrocidades están patrocinadas por esta sociedad capitalista, y los obreros deben comprender que la lucha por la emancipación de la mujer hace parte de la lucha del movimiento obrero, por tanto es indispensable que los hombres al interior del movimiento sindical comprendan que es imposible avanzar en la transformación y reestructuración del movimiento sindical sin comprender que las mujeres en esta sociedad son doblemente explotadas, que no puede haber un movimiento sindical independiente si no se contribuye a que las mujeres dirigentes del movimiento desplieguen toda su capacidad en procura de la defensa de los derechos de los trabajadores, no se podrá avanzar en esta lucha sin la participación de las mujeres, así como no se podrá romper definitivamente con esta doble opresión, si no se lucha de la mano de los compañeros por la emancipación de la clase obrera con miras a la extinción de las clases sociales. 




¡Por un alza general de salarios! ¡Adelante!


El texto que se presenta a continuación hace parte del artículo de Carlos Marx Salario, Precio y Ganancia, escrito en 1865 en polémica con las teorías del ciudadano Weston, quien siendo miembro de la Asociación Internacional de los Trabajadores, tenía ideas erróneas tales como oponerse a la lucha tradeunionista (como entonces se llamaba la lucha sindical) por Un Alza General de Salarios, considerándola inútil, pues según él, no mejoraría la situación de los obreros ya que obligaría a una subida general de los precios de las mercancías. 


La baja de la cuota de ganancia por efecto de los aumentos de salarios, en vez de limitarse a unas cuantas ramas industriales, se generalizaría. Según el supuesto de que partimos, no se introduciría ningún cambio ni en las fuerzas productivas del trabajo ni en el volumen global de la producción, sino que el volumen de producción dado se limitaría a cambiar de forma. Ahora, estaría representada por artículos de primera necesidad una parte mayor del volumen de producción y sería menor la parte integrada por los artículos de lujo, o, lo que es lo mismo, disminuiría la parte destinada a cambiarse por mercancías de lujo importadas del extranjero y aumentaría la parte consumida en su forma natural; o, lo que también resulta lo mismo, una parte mayor de la producción nacional se cambiaría por artículos de primera necesidad importados, en vez de cambiarse por artículos de lujo. Por tanto, después de trastornar temporalmente los precios del mercado, la subida general del tipo de salarios sólo conduciría a una baja general de la cuota de ganancia, sin introducir ningún cambio permanente en los precios de las mercancías. Y si se me dice que en la anterior argumentación doy por supuesto que todo el incremento de los salarios se invierte en artículos de primera necesidad, replicaré que parto del supuesto más favorable para el punto de vista del ciudadano Weston.

Si el incremento de los salarios se invirtiese en objetos que antes no entraban en el consumo de los obreros, no sería necesario pararse a demostrar que su poder adquisitivo había experimentado un aumento real. Pero, como no es más que la consecuencia de la subida de los salarios, este aumento del poder adquisitivo del obrero tiene que corresponder exactamente a la disminución del poder adquisitivo de los capitalistas. Es decir, que la demanda global de mercancías no aumentaría, sino que cambiarían los elementos integrantes de esta demanda. El aumento de la demanda de un lado se compensaría con la disminución de la demanda de otro lado. Por este camino, como la demanda global permanece invariable, no se operaría ningún cambio en los precios de mercado de las mercancías. Os veis, por tanto, situados ante un dilema. Una de dos: o el incremento de los salarios se invierte por igual en todos los artículos de consumo, en cuyo caso la expansión de la demanda por parte de la clase obrera tiene que compensarse con la contracción de la demanda por parte de la clase capitalista; o el incremento de los salarios sólo se invierte en determinados artículos cuyos precios en el mercado aumentarán temporalmente: en este caso, el alza y la baja respectiva de la cuota de ganancia en unas y otras ramas industriales provocarán un cambio en cuanto a la distribución del capital y el trabajo, en tanto la oferta se acople en unas ramas a la mayor demanda y en otras a la demanda menor. En el primer supuesto, no se producirá ningún cambio en los precios de las mercancías. En el segundo, tras algunas oscilaciones de los precios del mercado, los valores de cambio de las mercancías descenderán a su nivel primitivo. En ambos casos, tendremos que la subida general del tipo de salarios sólo conducirá, en fin de cuentas, a una baja general de la cuota de ganancia.




Gaceta Sindical Independiente No. 4
Septiembre de 2016 


¿Qué es un Sindicato y Para Qué Sirve?

Segunda Parte


En la primera entrega de la secuencia de artículos dedicados a explicar la razón de ser y funcionamiento de estas organizaciones de los trabajadores, en la Gaceta N° 1 se inició confrontando las ideas que nos han inculcado por años desvirtuándolas, haciendo de ellas todo lo contrario de lo que realmente significan. En esta entrega haremos un recuento sobre la causa objetiva de su existencia.
La clase obrera colombiana surge a inicios del Siglo XX ligada a la lucha contra el dominio del capital extranjero o imperialismo, por las reivindicaciones democráticas y socialistas, lo que permitió darle una fuerza extraordinaria al movimiento obrero y al sindical en esa época; de allí que este último haya surgido en las diferentes ramas de la producción como la minería, los textiles, los transportes, las plantaciones, las comunicaciones y las explotaciones extranjeras.
Contrario a la mentira de los dueños del capital que niegan la división de la sociedad en clases sociales, en esta existen unas clases poseedoras de los medios que sirven para producir mercancías o medios de producción (fábricas, tierras, maquinarias o herramientas) que históricamente se les ha llamado burgueses y terratenientes; y otras clases que no poseen tales medios, pero que con su trabajo producen la riqueza de la sociedad, son los obreros -de todas las ramas- y los campesinos. Al negar la división de la sociedad en clases, donde unas viven de explotar el trabajo de otras, se oculta la naturaleza u origen y por tanto la NECESIDAD OBJETIVA de crear organizaciones que luchen contra los intereses de los explotadores en beneficio de los intereses de la mayoría trabajadora, es decir, SINDICATOS, organizaciones de resistencia contra el capital.
Es necesario no pasar por alto el hecho de que dichas organizaciones fueron impuestas por los trabajadores, luego de ejercer su derecho a organizarse el Estado se ve en la obligación de “ratificarlo”, sobre todo por la necesidad de amarrarlo de alguna manera y nada mejor que bajo sus leyes represivas.
Esto muestra que los trabajadores han luchado y ejercido sus derechos y luego el Estado se los ha “otorgado”. No se les dio primero el permiso y luego se lo tomaron, que es la gran mentira que amarra al movimiento sindical.
Los trabajadores al sentir vulnerados sus derechos se ven forzados a organizarse ya que solos no pueden defenderlos, se necesita de la unidad para lograr los objetivos y de la fuerza organizada para mantenerlos; la lucha sindical por mejorar las condiciones de vida: aumento de salario, vacaciones, permisos, beneficios, etc., cuestiones que no solo benefician al obrero que labora en la empresa, sino a toda su familia. De allí que sea celosamente infundido por los capitalistas el cuento que somos “una misma familia” y por lo tanto hay que sacrificarse para mantenerla, pero no dicen nada al respecto cuando despiden a cientos de obreros o quitan -cada vez que pueden hacerlo- los derechos que ya tienen.
En conclusión, los sindicatos nacen por la necesidad de resistir a la explotación asalariada, cuando la burguesía y el proletariado se convirtieron en las clases principales del nuevo sistema de producción capitalista


Gaceta Sindical Independiente No. 3

Julio de 2016


Los Trabajadores Tercerizados y su Lucha por laIndependencia de Clase


Hace ya varios años, los obreros tercerizados de la industria, a causa de la difícil situación laboral, se han visto en la necesidad de crear organizaciones sindicales para defender sus intereses; en todo este tiempo han resistido la persecución sindical y han comprobado en la práctica que la sociedad está dividida en clases, donde los trabajadores están en desventaja puesto que el Estado sirve a las clases económica y políticamente dominantes  y pro imperialistas:  la burguesía  y los terratenientes.

El nacimiento de esos sindicatos se da en medio de la crisis que vive el movimiento sindical colombiano a causa de la ausencia de ideas proletarias en su dirección,  por  lo  que  la  iniciativa  de  organizar  a los trabajadores  tercerizados  que  se corresponde  a la política de la independencia de clase, contraria a la política del sindicalismo burgués que siempre ha tratado  a los obreros  tercerizados  como  de tercera clase  que  no  caben  en  los  sindicatos  antiguos,  en varios casos fue una iniciativa en manos de tutores sindicales  promotores  de  un  tipo  de  sindicalismo que llaman “independiente” por el hecho de no estar confederado, no por su verdadero significado, cual es la defensa de la independencia de clase.
Tales tutores sindicales, a su vez directivos de sindicatos de trabajadores con contrato directo, constantemente hablan del patronalismo de las centrales y del daño que hacen los sindicatos patronalistas al entregar las conquistas de los trabajadores a cambio de beneficios personales;  han dibujado  el patronalismo  como un monstruo de diez cabezas poseedor de un discurso a favor del patrón, por lo cual sería fácil de identificar.

Sin  embargo  al  pasar  el  tiempo  fue  poniéndose de manifiesto que este tipo de sindicalismo “independiente” no lo era; se hizo notorio que tiene ideas erróneas y las malas prácticas comunes en el sindicalismo burgués, esté confederado o no. Sus principales características son:

- Discriminación hacia los trabajadores tercerizados, que se manifiesta en el hecho de no permitirles que se afilien a los sindicatos de base con contrato directo y en caso de ser afiliados algunas veces se tiene voz pero no voto. La posibilidad de ocupar algún cargo de dirección en dichas organizaciones no existe. Es decir, las empresas  los consideran  sub-trabajadores,  y los sindicatos los tratan como afiliados de segunda mano.

- Desconocimiento  de  la  democracia  sindical.  Se evidencia cuando hay elección de juntas directivas, de delegados sindicales y demás órganos de dirección; se hacen con base en el criterio de los asesores, de los abogados  y de los directivos  de los sindicatos pasando por encima de la voluntad de las bases, y en el mismo sentido estas camarillas son quienes destituyen y expulsan a cuanto trabajador honesto se atreve a cuestionar su modo de actuar.

-  Sobreestimación  de  la  lucha  jurídica  sobre  la lucha directa. Si bien hay que reconocer que las leyes se deben aprovechar en la medida de lo posible para la defensa de los intereses del trabajador, también hay que advertir que en la mayoría de los casos la labor sindical se reduce al aspecto jurídico lo que conduce inevitablemente al sometimiento del sindicato ante las leyes, cambiando sus formas organizativas,  su plan de acción, su táctica de lucha por otras previamente aprobadas  por  el  abogado  que  concuerden  con  la idea errónea de que el Estado dará solución a la problemática de los trabajadores.

- Transformación en dueños y parásitos de los sindicatos. Practican la idea de que los sindicatos pertenecen a un individuo o al grupo que los dirige, quienes hacen cuanto quieren con las organizaciones y más que orientaciones dan órdenes las cuales quieren que se cumplan sin cuestionamiento alguno. Hay veces en que se considera una ofensa fiscalizar la actuación de las directivas o el uso de los fondos sindicales. Se dan casos de “dirigentes” que utilizan los fondos sindicales para  beneficio  propio;  aprovechando  su  trayectoria y credibilidad  presionan  para que los sindicatos  les asignen   sueldos   o   retribuciones   económicas   por trámites jurídicos que son básicos en toda actividad sindical, tales como querellas, tutelas, etc.

- Las directivas nacionales anulan toda autoridad de las directivas  seccionales.  Esta es otra práctica errónea que se ha vuelto “normal” en los sindicatos, se da por cierto que tienen más derechos o autoridad los  fundadores  de  la  organización  que  los  nuevos afiliados; cuando el directivo o asesor sindical milita en una fuerza política se siente con derecho a obligar a los demás trabajadores  a simpatizar  con esta y a apoyarla. Esta decisión debe ser consciente y no debe ser una condición para pertenecer al sindicato.

Una verdadera reestructuración del movimiento sindical, tropieza temporalmente con la resistencia de quienes hasta hace poco eran honestos dirigentes y asesores sindicales, que al ver afectados sus intereses personales buscan por todos los medios posibles mantener  el  “orden”  por  ellos  establecido  y  hasta echan mano de demandas ante el Estado contra sus propios hermanos de clase. 


Por todo lo anterior podemos concluir que el patronalismo, aunque no es un monstruo de diez cabezas, no es nada fácil de identificar, ya que existe un tipo de patronalismo que aparentemente levanta las banderas de la lucha obrera, habla el mismo lenguaje del sindicalismo independiente y se mueve como pez en el agua entre los trabajadores; sin embargo  sus hechos son contrarios  a sus palabras porque practica el sindicalismo burgués; es por ello que los trabajadores deben aprender a ver más allá de los discursos, identificar qué intereses hay de fondo, qué ideas realmente son afines con los intereses colectivos y sobre todo se debe tener presente que en la práctica se comprueba quién es o no consecuente con la lucha de los obreros.

Gaceta Sindical Independiente No. 2
Mayo de 2016


LA MUJER EN LOS SINDICATOS

 

La desigualdad histórica de la que ha sido víctima la mujer durante siglos se ha perpetuado y exacerbado en el capitalismo, los empleos a los que pueden aspirar la mayoría de las mujeres son los más precarios y esclavizantes, los salarios que percibe una mujer son más bajos que los del hombre aunque la labor sea la misma.


Se dice que la mujer obrera o empleada que trabaja ocho o más horas diarias, es doblemente explotada, porque al llegar a su hogar la espera el ineludible cuidado de los niños y sus tareas escolares, el cuidado de la ropa, el aseo de su vivienda, el trabajo culinario y otros que surgen en el diario vivir; sin contar que su esposo está descansando y espera sentado mirando televisión que le lleve la comida, le entregue la ropa limpia y le tenga el lecho preparado, o más grave aún, propinando golpizas a “su” esclava mujer, porque no se siente bien atendido.

Para las mujeres que se ocupan en su lugar de trabajo de participar en las tareas sindicales con la esperanza de mejorar su condición laboral y personal, generalmente se encuentran con la desagradable sorpresa de ver que los postulados sindicales son solamente palabras escritas en estatutos porque allí también se encuentran sus compañeros de lucha les delegan las tareas que ellos no quieren, se dirigen a ellas con palabras burlonas, de doble sentido, con insinuaciones lascivas, o incluso, las hacen sentir que su trabajo, su cerebro o su condición femenina son factores de debilidad y menosprecio. Es decir, buscando un camino que las libere de la opresión patronal muchas veces encuentran la opresión del dirigente sindical, quien siguiendo el mal ejemplo burgués descarga su machismo en las compañeras sindicalistas, y en muchos casos, para vergüenza del movimiento sindical, desencadenando contra ellas persecución laboral y sexual.

De ahí que sea también tarea de los sindicatos dar a conocer los aspectos históricos, económicos, filosóficos, que han puesto a la mujer en esta condición, rescatar su papel en la historia y en la sociedad, promover que los dirigentes sindicales honestos cambien conscientemente su actitud y se dispongan a entender que las mujeres son la mitad del cielo, como bellamente lo expresó un gran maestro del proletariado mundial y que es indispensable su participación activa y consciente en las organizaciones sindicales y en toda la lucha del movimiento obrero.

Cuando escudriñen en el pasado van a encontrarse con mujeres cotidianas e inteligentes que han escrito muchas páginas en la historia de la política obrera colombiana y mundial, en la ciencia y en las artes, en las letras y la música y en muchos otros campos. 


Recordamos a Betsabé Espinosa, quien dirigió la primera huelga de mujeres en una fábrica; a María Cano, denominada la flor del trabajo por su participación política a nivel nacional; a Débora Arango, como pintora desafío la sociedad y su doble moral; y hoy vemos el ejemplo de las madres comunitarias que por todo el país luchan enfrentadas al indolente Estado. Así podemos seguir encontrando muchísimos ejemplos de grandes mujeres que cuentan su historia en los empolvados libros que aún no hemos abierto para descorrer el velo que opaca los importantes logros que ha tenido el género femenino por centurias.

Pretender una verdadera reestructuración de los sindicatos y el triunfo del movimiento sindical, requiere que las mujeres participen en las luchas, con verdadera unidad de clase, con su doble capacidad de trabajo, viéndolas como aliadas y no como rivales, respetando su condición femenina e impulsándolas a que desarrollen todas sus capacidades.
 
EL MOVIMIENTO SINDICAL NO DEBE CONFIAR EN ENEMIGOS COMO LA OIT
 

En el 2014 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sacó a Colombia de la lista de los 25 países llamados a rendir cuentas por violar las normas laborales.


Más adelante el Ministerio de Trabajo justificó que la decisión de la OIT obedeció a “los progresos en el respeto laboral”, y mientras decían esto, a los trabajadores tercerizados se les niegan sus derechos sindicales, se les obliga a firmar documentos entregando sus derechos adquiridos y por todos los rincones del país los capitalistas siguen pisoteando los derechos laborales, despidiendo a trabajadores enfermos después de llevar más de 20 años de trabajo y agudizando la persecución sindical. Este es el progreso del que hablan los burócratas del Ministerio que no tienen que sobrevivir a todos los vejámenes que cometen los patronos capitalistas contra los obreros asalariados.


Es necesario que los trabajadores tomen conciencia de todo el daño que hacen organizaciones agenciadas por el imperialismo como la OIT y no deben reemplazar la capacidad de lucha por las ilusiones que ofrecen esas organizaciones.


Toda la ilusión de los trabajadores está en la denuncia que supuestamente la OIT puede realizar a nivel internacional, y aunque cumpliera, la sanción no va a pasar de “unas recomendaciones” a los capitalistas, que quedarán en el papel; mientras tanto cunde la desmoralización y desconfianza de la base frente a los dirigentes que defienden organizaciones como la OIT.


¡Qué bueno para los patronos que mientras los obreros enajenados confían en las organizaciones agenciadas por el imperialismo, ellos maniatan su lucha independiente contra las arremetidas del capital!


Para frenar la arremetida de los capitalistas contra los trabajadores se debe tener claridad de quiénes son los amigos de la clase obrera y quiénes sus enemigos, cuando esto se logre será posible avanzar. Se necesita para ello que los obreros adquieran consciencia de clase, pues aunque tienen la ventaja de ser la mayoría en la sociedad, falta organizarse con independencia de clase, independencia del Estado y de las instituciones que representan y defienden a los capitalistas, tal como es la Organización Internacional del Trabajo (OIT).


Es un deber de los dirigentes sindicales que honestamente luchan por defender los derechos de los trabajadores realizar todos los esfuerzos para brindarle claridad a sus bases, analizar la experiencia que ha tenido el movimiento sindical cuando ha depositado su confianza en los enemigos, que en la práctica no ha dejado resultados positivos para el conjunto de la clase, y así evitar caer redonditos en la ilusión de que organizaciones como la OIT los podrá salvar con sus supuestas “denuncias internacionales”.


 Gaceta Sindical Independiente No.1
  Febrero de 2016

 ¿QUÉ ES UN SINDICATO Y PARA QUÉ SIRVE?





 La palabra sindicato se ha relacionado con la corrupción, la burocracia, el cierre de empresas y otras falacias; todo esto gracias a las mentiras de la burguesía (patronos, dueños de los medios de producción, y quienes se apoderan de todas las ganancias producidas por la sociedad), la propaganda de los medios de comunicación y por la influencia que el patrón ejerce de muchas formas en estas organizaciones; lo cual hace necesario aclarar qué es un sindicato y para qué sirve.

Los sindicatos son organizaciones de los trabajadores y por tanto, deben estar a su servicio, deben impedir que la burguesía arrebate sus derechos, deben organizar la resistencia contra la explotación capitalista. Mientras que la burguesía cuente con el respaldo del Estado y el de todas sus instituciones, con las fuerzas represivas legales e ilegales, con los medios de comunicación y el dinero para comprar jueces y conciencias entre otros; los trabajadores necesitarán de las organizaciones sindicales para dar la lucha de resistencia de manera colectiva.

Que algunas organizaciones sindicales exploten trabajadores como hacen con el llamado “contratismo sindical”, que cambia el carácter del sindicato de ser una organización que lucha por los derechos y reivindicaciones de los trabajadores, a ser una agencia de empleo que sirve para negociar la mano de obra, patrocinando los abusos, despidos y sanciones, convirtiéndose en instrumento en manos de los empresarios para desviar la iniciativa y lucha de los trabajadores, sembrando con todas sus acciones la desconfianza y la desmoralización entre la clase obrera, es contrario a los fundamentos del sindicalismo.

Los Sindicatos dedicados al “contratismo sindical” no son verdaderos Sindicatos, sino falsas organizaciones obreras, al servicio directo de los explotadores, donde los directivos solo piensan en beneficiarse personalmente a costa del sufrimiento del obrero. Ese tipo de organización está al servicio de la burguesía, siendo para ella una forma eficaz de estar al interior de las organizaciones, en donde su premisa “divide y vencerás” le ha funcionado hasta ahora.

Los verdaderos Sindicatos son organizaciones al servicio de la lucha por los intereses presentes y futuros de los trabajadores; son la forma eficaz para organizar la lucha de resistencia contra el capital en contra de las políticas anti-obreras aprobadas y promovidas por el y los patrones; en otras palabras, los Sindicatos deben servir para luchar por el bienestar de TODOS los trabajadores estén o no afiliados, evitando así el deterioro de sus condiciones de vida y de trabajo. Una organización sindical debe ir más allá de su nombre y registro para acudir en defensa de los intereses de la clase obrera.

Para lograr su objetivo los Sindicatos deben organizarse con independencia de clase; actuar con independencia respecto al imperialismo, a la burguesía y a sus partidos políticos, con independencia frente al Estado (que no es imparcial en ningún caso), con independencia tanto en las ideas como en la organización y la lucha para enfrentar la voracidad explotadora del capital, para educar constantemente a los trabajadores y capacitar a los dirigentes en los métodos de dirección y de trabajo que sirvan a los intereses de los obreros, no a los intereses patronales. No basta con decir que se es independiente de la burguesía, hay que actuar en defensa de los intereses de los trabajadores.

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