LA HUELGA DE LAS BANANERAS ENSEÑÓ A LA CLASE OBRERA QUE PARA TRIUNFAR NECESITA INDEPENDENCIA DE CLASE
LA HUELGA DE
LAS BANANERAS ENSEÑÓ A LA CLASE OBRERA QUE PARA TRIUNFAR NECESITA INDEPENDENCIA
DE CLASE
El segundo factor determinante
de los alcances de la unidad entre la lucha económica y la lucha política
revolucionaria de los trabajadores bananeros, fue el estado de organización,
consciencia y dirección independiente de la lucha obrera. La organización
sindical de los obreros bananeros funcionaba, trabajaba y luchaba con criterios
de independencia de clase, pero lo hacía por ingenio proletario, espontáneamente,
no por una comprensión consciente de tal necesidad. Pero el problema principal
no estaba en el sindicato, sino en la organización política de los obreros,
patrón de medida de la independencia de clase.
Para entonces los obreros más
conscientes y sobre todo los intelectuales proletarios que empezaban a conocer
y transmitir las ideas revolucionarias del marxismo provenientes de Europa y
principalmente de Rusia donde los obreros y campesinos guiados por esas ideas
ya habían triunfado en una Revolución, todos trabajaban por la organización
política de los obreros, y aunque en 1926 lograron constituir el Partido
Socialista Revolucionario (PSR), este no era todavía un partido obrero
independiente, pues a su interior convivían ideas marxistas y liberales, su
conocimiento de la sociedad era aún superficial y a pesar de su nombre tenía un
programa apenas democrático liberal, confuso frente al socialismo como sistema
nuevo, distinto y superior al capitalismo.
Aún así, este Partido tuvo
destacados jefes revolucionarios como María Cano, Ignacio Torres Giraldo, Raúl
Eduardo Mahecha y varios más que actuaron como dirigentes prácticos de la
Huelga. Sin embargo, como lo evaluó la III Internacional (la organización
internacional los comunistas en aquella época), el Partido Socialista
Revolucionario no era un partido suficientemente experimentado, organizado y
disciplinado. En cuanto a su política no tenía una línea definidamente
proletaria, sino contaminada por las ideas de un sector llamado “putchista” que
confiada todo, a un golpe de estado de un grupo de conspiradores compuesto por
generales liberales; y también contaminada por las ideas de otro sector
proclive a confiar en la “mediación imparcial” del gobierno en el conflicto y
en la “neutralidad” del Estado y de las fuerzas armadas. Esta fue la gran
debilidad de la Huelga: la ausencia de una correcta dirección política de
clase.
La derrota temporal de la Huelga
de las Bananeras, dejó al descubierto esta gran debilidad y necesidad, lo cual
con la ayuda de la III Internacional que directamente transmitió su evaluación,
sacó enseñanzas, formuló críticas e hizo recomendaciones a los dirigentes
políticos, sirvió para que los intelectuales proletarios y los obreros más
conscientes, fundaran en 1930 el Partido Comunista, en un primer intento serio
de organizar la vanguardia política de la revolución en Colombia, intento que echado
a perder años después por las ideas oportunistas liberales. Hoy sigue pendiente
resolver esta necesidad de la independencia ideológica política y organizativa
de la clase obrera, tanto en su movimiento sindical sometido a la dirección
burguesa de los jefes de las centrales, como en la construcción de un Partido político
propio de la clase obrera, tarea en la cual trabajan los compañeros revolucionarios.
Comentarios
Publicar un comentario