LA LUCHA OBRERA MUNDIAL CONTRA LASREFORMAS LABORALES



(Gaceta Sindical Independiente No. 03 --Julio de 2016--La Lucha de Los Obreros)

Las Reformas Laborales (léase rebaja de salarios y supresión  de las conquistas  del movimiento  obrero en materia del derecho de huelga y organización sindical, negociación colectiva, contratación directa, estabilidad laboral y prestaciones sociales en aspectos fundamentales  como la salud) no son un problema exclusivo   de   países   oprimidos   como   Colombia, Grecia, Chile…, sino de todos los países incluidos los imperialistas, porque es la política de los parásitos imperialistas de Estados Unidos, Europa y Asia para poder succionar más ganancias en la superexplotación mundial de la clase obrera.

En  Colombia,  el Sindicalismo  Independiente  entre 1960 y 1980, con la fuerza de la huelga y la organización obrera,    conquistó    las   mejores    reivindicaciones que han tenido los trabajadores  asalariados  en este país, derrotando las pretensiones  de los capitalistas y sus gobiernos de suprimir derechos laborales mediante reformas anti-obreras. 
Pero el Sindicalismo Independiente   fue  derrotado   por  el  oportunismo y junto con el sindicalismo  reformista  de la época (CSTC), y una parte del viejo sindicalismo patronal (UTC), se transfiguró en el “sindicalismo  unitario” de la CUT, con la cual desde 1986 el Movimiento Sindical volvió a perder lo que había ganado en independencia de clase. Se impuso la política de la concertación con los explotadores, que conllevó a la pasividad,  desmovilización  y debilitamiento  de las organizaciones  sindicales, dejando las manos libres a los gobernantes  (administradores  de los negocios de todos los capitalistas) para suprimir los derechos conquistados, como en efecto se impuso desde 1990 con las fatídicas Ley 50 en materia laboral y Ley 100 en el aspecto de la salud.

Las crisis económicas del capitalismo y la crisis del Movimiento Obrero mundial que en los años 50 y 70 del  pasado  siglo  perdió  respectivamente  sus  bases de  apoyo  socialistas  en  Rusia  y  China,  sirvieron de condiciones para que la burguesía imperialista extendiera  su  ataque  espoliador  también  contra  la clase obrera de los países imperialistas. Impusieron Reformas Laborales anti-obreras  por ejemplo en la Gran Bretaña bajo el gobierno de Margaret Thatcher (1979), en EEUU en el gobierno de Reagan (1981), en  Alemania  en  el  gobierno  de  Schröder  (1998), recientemente en Italia bajo el gobierno de Renzi con el nombre de “Ley del Empleo”, y ahora en este año el gobierno dizque “socialista” de Hollande en Francia intenta imponer una llamada “Ley del Trabajo”.

Pero en Francia (país de la Gran Revolución Burguesa contra el feudalismo en 1789 y de la primera Revolución Proletaria contra el capitalismo en la Comuna de París de 1871), la burguesía imperialista ha encontrado una poderosa lucha de resistencia económica y política contra su nefasta “Ley del Trabajo”. Amplios sectores sociales de trabajadores y estudiantes, de organizaciones políticas y sindicales, han acudido  a la movilización  masiva,  a los paros y huelgas, al enfrentamiento contra las represivas fuerzas policiales, donde la clase obrera ha jugado un papel descollante paralizando importantes industrias de  la  producción   de  mercancías,   del  transporte masivo terrestre y aéreo, de la generación de energía, de los servicios, del turismo… impidiendo hasta el momento  que el gobierno  “socialista”  de Hollande imponga su lesiva reforma.

Esto demuestra que los problemas de la clase obrera, en el fondo son los mismos en todos los países y por tanto, su lucha nacional en cada país es la expresión de una única lucha internacional contra los mismos enemigos.  Que  pase  o  que  sea  derrotada  la  “Ley del Trabajo”  en Francia depende principal  pero no exclusivamente  del movimiento  de masas y obrero de  ese  país.  Es  indispensable  el  apoyo  explícito del movimiento  obrero mundial y en particular del movimiento  sindical  en  los  demás  países.  Si  esta vez se logra en Francia romper la cadena mundial imperialista  de las reformas  laborales  anti-obreras, será un triunfo que repercutirá en todos los países.

 La actuación revolucionaria  del movimiento obrero francés debe ser un ejemplo a seguir en Colombia, siguiendo en la práctica su forma de luchar que es la misma enseñada por el Sindicalismo Independiente, rompiendo  las  amarras  que  la  burocracia  sindical de   las   Centrales   han   impuesto   al   movimiento sindical,   luchando   por   su   reestructuración,   que en pocas  palabras  significa  volver  a conquistar  su independencia de clase.

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