INTERMEDIACIÓN Y TERCERIZACIÓN LABORAL EN CHEC – EPM
(Gaceta Sindical Independiente No. 03 --Julio de
2016--Tribuna Sindical)
En tiempos de crisis económica, social, laboral, los trabajadores llevan la peor parte; las organizaciones sindicales son las defensoras naturales de sus derechos, sin embargo hoy nos encontramos con muchas de estas organizaciones confabuladas con los patrones, convertidas en verdugos de los trabajadores. Aquí presentamos una denuncia que se constituye en claro ejemplo de este tipo de prácticas aberrantes.
La Central Hidroeléctrica de Caldas CHEC - EPM desconoce la ley colombiana vinculando a sus trabajadores con contratos llamados labores misionales, aunque están prohibidos por la ley; hace procesos de licitación que se adjudican a quien haya hecho la oferta de menor valor, lo cual implica rebaja en los salarios que hoy son equivalentes a los que se pagaban en 2009; desconoce a los trabajadores, pero a la vez les exige rendimiento y eficiencia; adicionalmente los dueños se turnan por varios años los contratos de diferentes procesos, convirtiéndolos en un carrusel de la contratación.
Aún así estos contratistas de la CHEC-EPM no están satisfechos, también hacen fraude en el suministro de la dotación; en la liquidación de la horas extras, de los viáticos y del transporte; no permiten que los trabajadores tercerizados tomen el transporte utilizado por los funcionarios directos de la CHEC (aunque el trabajo que deben realizar sea en lugares distantes o fuera de la ciudad); violan el derecho de asociación; practican requisas permanentes a sus efectos personales; y les dan trato discriminatorio y humillante.
Estos trabajadores tercerizados llevan entre 5 y 20 años contratados por obra-labor, firmando cada seis meses con la permanente zozobra del despido, por lo cual ellos y algunos trabajadores de planta de la CHEC - EPM, hace nueve meses iniciaron un proceso de unidad, organización y lucha contra la nociva política de tercerización e intermediación laboral. Su principal reivindicación es exigir a la empresa que los reconozca como trabajadores suyos para lo cual se organizaron en SINDIREDES (sindicato nacional de industria de los trabajadores de la energía y los servicios públicos domiciliarios); el siguiente paso es luchar contra todos los demás atropellos que están cometiendo la CHEC y sus empresas contratistas.
La CHEC-EPM que presume de ser cumplidora tanto de los tratados laborales internacionales, como de la legislación colombiana en la misma materia, orientó y ordenó a sus empresas contratistas desconocer los derechos de este nuevo sindicato. A lo anterior se sumaron los dirigentes de Sintraelecol Caldas (sindicato de los trabajadores de planta), porque consideraran que SINDIREDES representa una amenaza, tanto para ellos como para los intereses de la empresa, en una clara y vergonzosa posición patronal.
La CHEC-EPM primero, desconoció el pliego de peticiones y segundo, en complicidad con los dueños de los contratos, despidió trabajadores afiliados a SINDIREDES, aduciendo que no los necesitaba en las bocatomas, ni en las plantas de generación.
En su afán de acabar con este novel sindicato, la CHEC-EPM no reconoce la falta que hacen los trabajadores despedidos, por lo tanto ha dejado de producir energía, dándose el lujo de dejar inundar las plantas y botar el agua para no generar energía, tratando así de demostrarle al país que no necesita los operadores.
Entre tanto los dirigentes de Sintraelecol Caldas, secundando a la empresa, persiguen y amedrentan a los trabajadores de planta que se organizaron en Sindiredes y desmoralizan a los trabajadores contratistas, con el fin de acabar con esta nueva organización sindical.
A pesar de todas estas vicisitudes SINDIREDES ha logrado mantenerse firme, continúa en la lucha y se fortalece cada día más, convencido de que su lucha es más que justa.
(Gaceta Sindical Independiente No. 03 --Julio de
2016--Tribuna Sindical)
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