Unámonos como hermanos que nadie nos vencerá
Ante las
políticas del gobierno contra los trabajadores, sectores como el ministerio de
trabajo, el magisterio, los habitantes de Buenaventura entre otros, se han
manifestado logrando algunas reivindicaciones; sin embargo se nos ha impuesto
una serie de medidas arbitrarias como el porcentaje de descuento en los
salarios de los pensionados, malos servicios de salud, un código de policía que
justifica sus atropellos, la reforma tributaria etc. que contribuyen a hacer a
los empresarios cada día más ricos a costa de la pobreza de los trabajadores.
Estos atropellos se siguen cometiendo, y ante
esto no queda otra opción más que conquistar nuestros derechos mediante la
lucha organizada, cualquiera diría que las manifestaciones y paros que se han
hecho son lucha organizada, pero a pesar de serlo, han sido luchas aisladas,
libradas sólo por los sectores directamente afectados; estas luchas solo
consiguen reivindicaciones pequeñas de los intereses de tal o cual sector, pero
la única salida efectiva, lo único que nos dará las reivindicaciones de todos,
ya no en beneficio de un solo sector es la unidad de clase, la solidaridad de
todos los sectores; “conquistar los derechos a través de la lucha organizada” implica
la unión, una lucha conjunta entre todos los sectores la manifestación más
sincera, y hasta ahora más apaciguada exigencia de nuestros derechos y los de
las futuras generaciones “la solidaridad de clase” concepto que implica
llevarnos las manos al corazón y ponernos en los zapatos del otro, una noble
fraternidad entre hermanos de clase que logra aliviar las cargas.
Cuando nos
unimos todos por una misma causa logramos impedir que algunos dirigentes
“negocien” los pliegos de petición en beneficio de sus intereses personales,
así mismo les obliga a ser consecuentes, quiéranlo o no, con todas las
reivindicaciones de clase, también nos garantiza que se mantenga lo que se
conquista. La solidaridad de clase se constituye en un poderoso muro difícil de
tumbar, no solo por medidas que frenan las conquistas sino también por la
represión. Fortalece nuestra convicción con firmeza, luchar unidos, abre
nuestros ojos en la búsqueda de soluciones, mientras más cabezas se concentren
en un mismo objetivo la respuesta será más efectiva.
En palabras del
poeta Chileno Pablo Neruda de su escrito titulado “El estribillo del turco”:
Dulce hay que ser y darse a todos,
para vivir no hay otro modo
de ser dulces. Darse a las gentes
como a la tierra las vertientes.
Y no temer. Y no pensar.
Dar para volver a dar.
Que quien se da no se termina.
Cómo se dan sin terminarse, hermano
mío
al mar las aguas de los ríos
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