Apoyemos la huelga en Salinas de Manaure


Desde el pasado 1 de marzo los obreros que trabajan en la planta de explotación de sal de la empresa Big Group Salinas del Manaure (La Guajira) – BGS, entraron en huelga para exigir mejores condiciones laborales. Los sindicatos sintrasales y sintrabgsalinas dirigen la huelga que llevan a cabo los 105 obreros de la empresa.

Esta huelga es de gran valor para el movimiento obrero por dos razones:
La primera, porque la exigencia principal es la vinculación directa y por contrato indefinido a todos los trabajadores implicados tanto en la producción como en la distribución.
Este aspecto es de suma importancia ya que los trabajadores del transporte interno y el externo, así como los coteros (cargadores), cumplen horario igual que los demás trabajadores pero son brutalmente superexplotados por no contar siquiera con las prestaciones sociales de ley y seguridad industrial. Este es el punto central del conflicto, pues la patronal se niega a contratar directamente a estos obreros porque levantar esta reivindicación genera un lazo muy fuerte entre el sindicato y la comunidad Wayuu a la que pertenecen la mayoría de los trabajadores; la segunda, tiene que ver con que BGS heredó la deuda que la anterior empresa, Sama Ltda., tenía con los obreros, los cuales se vieron sometidos a una sustitutiva patronal. BGS les prometió pagarles los salarios atrasados y las prestaciones adeudas por Sama Ltda., actuando como “deudor solidario”, pero hoy los administradores de BGS “se están haciendo los locos” diciendo que esa deuda no la adquirieron ellos sino la anterior empresa. Adicionalmente, al hacer la sustitutiva, la estabilidad laboral y la prohibición de hacer despidos sin justa causa quedaron amarradas a una cláusula que les pone fin en diciembre de este año, por lo cual levantar la bandera de la huelga es más válido y justo que nunca.

También los obreros exigen mejorar sus condiciones de trabajo tales como: la instalación de puntos sanitarios y de hidratación cerca de sus puestos de trabajo (hoy están a 3 kilómetros); seguridad en cada estación del proceso de producción; mejoramiento de maquinaria y herramienta; defensa del derecho de asociación; frenar la persecución laboral y sindical.

Los obreros han rechazado que los altos cargos de BGS quieran negociar en Bogotá y exigen que las negociaciones se hagan en la zona donde está operando la planta. Además le han demostrado a la empresa que las exigencias de los trabajadores constituyen solo un 3% de los setenta mil millones de pesos que genera la venta de más de un millón de toneladas de sal producidas en los últimos dos años, esta abundancia y riqueza contrasta con la situación de los niños indígenas Wayuu que han muerto por desnutrición y sed.

El Estado, como siempre, ha terciado nuevamente a favor de los capitalistas mediante la Resolución 002 de 2017 del Ministerio del Trabajo, respondiendo favorablemente la petición de la empresa en la que solicitaban, entre otras cosas, que les permitieran almacenar y comercializar sal indígena en el centro de acopio de la planta para mitigar los efectos de la huelga, esto generó el obvio rechazo de los obreros, pues de hecho es autorizar el esquirolaje. La decisión del Estado representa un precedente para futuras huelgas. El Ministerio del Trabajo ya intentó levantar la huelga bajo el argumento de la conservación de las instalaciones y el mantenimiento de la actividad productiva lo cual va en contra de los derechos de los obreros, es decir, negar en la práctica el derecho a la huelga.

Este es el papel del Ministerio de Trabajo hoy en cabeza de Clara López Obregón, una politiquera que posa de defensora de los intereses del pueblo trabajador; quien nuevamente deja en claro, al igual que los demás integrantes del gobierno Santos, que su función es velar por los intereses de los dueños del capital y garantizarles que sigan superexplotando mano de obra barata y acrecentar cada vez más sus ganancias.

El conflicto continúa al momento de escribir este artículo, en medio de movilizaciones en la zona, demostrando el ánimo beligerante de los obreros que continúan firmes en la lucha para mejorar sus condiciones de vida, que les permitan la reproducción y supervivencia digna de sus familias.

Los obreros de Salinas de Manaure en La Guajira necesitan la solidaridad de todos los trabajadores, ampliando la denuncia contra los patronos y el gobierno, movilizándose en apoyo a su justa lucha, visitándolos y llevándoles la solidaridad material para sostener la huelga.


Igualmente, la aguda situación de la región, la corrupción y la crisis social creada por la explotación obligan a los trabajadores de todo el país a estar atentos a un posible paro regional. A la huelga en Salinas se suma el paro de las Madres Comunitarias que llevan cerca de 15 días de movilización, el paro de los maestros organizados en Asodegua y la negociación del pliego de peticiones de los mecánicos de El Cerrejón, entre otros tantos conflictos. Los obreros y el pueblo de La Guajira están a punto de decir ¡BASTA YA! Y los trabajadores de todo el país debemos apoyarlos.

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