Lucro en la Salud es Enfermedad Para el pueblo


Desde la expedición de la Ley 100 de 1993, propuesta realizada y defendida por el señor Álvaro Uribe, sustentada en los artículos 48 y 49 de la Constitución Política de 1991, auspiciada por el gobierno del señor César Gaviria, el sistema de salud en Colombia se volvió un negocio donde la lógica, como la de cualquier empresa, es máxima ganancia a menores costos. Sistema de salud creado para que el fondo con el cual funciona sea público, ya que a él llegan los parafiscales y parte de los impuestos que paga todo el pueblo colombiano, pero en realidad los beneficios son para las entidades privadas, los intermediarios en salud, las EPS, beneficios y ganancias realizadas sobre los miles de pacientes muertos por procesos y tratamientos nunca realizados, sobre los miles de lisia-dos, sobre los pacientes obligados a tener que soportar el sufrimiento permanente en sus casas, sin atención y sin esperanza solamente condenados a morir.
Pero si el actual modelo de salud y sus dueños se ha ensañado en un sector, ha sido con sus trabajadores. Despidos masivos, rebaja de salarios, condiciones de vida precarias, recarga de trabajo, asesinatos a dirigentes sindicales, tercerización laboral, discriminación, desaparición de sus organizaciones sindicales, entre otros. En este momento una gran parte, más o menos 250 mil trabajadores tienen contratos de prestación de servicio y frente a todos los servidores públicos del Estado su salario está muy por debajo del 50%.
El desmedro en la salud garantiza que los dueños del sistema amasen fortunas; dueños entre los cuales están congresistas, expresidentes, gobernadores, alcaldes, secretarios de salud. Los mismos que presionan para que de una vez por todas sea liquidada la red pública hospitalaria y les sea entregado todo el negocio para mayor lucro.
Para cumplir con este propósito de entregar el negocio de la salud, el gobierno de la “prosperidad, la paz y de la equidad”, a través del ministerio de salud ha empezado a implementar lo que han denominado MIAS (modelo integral en salud) que es parte de la política integral en este terreno, cuyo objetivo según el gobierno, es hacer más eficiente el actual modelo de salud garantizando la atención a toda la población, pero en realidad busca culminar con la privatización del sector, para lo cual hay un plazo de 5 años donde no quedará ningún hospital público y de esta manera se consolidará el negocio en dónde participarán tanto los inversionistas nacionales como extranjeros (el negocio de la salud en Colombia maneja más de 50 billones de pesos).
El MIAS, persigue ampliar aún más el margen de ganancia rebajando los costos que significa la atención de los usuarios. Por un lado implica un plan de “beneficios” más restringido para los usuarios, es decir un POS más limitado; y por otro lado, la liquidación de las plantas de personal de los hospitales públicos, tercerizando los procesos y por ende rebajando los salarios Con este fin fusionarán hospitales, como ya lo han hecho en Bogotá, que de 22 hospitales sólo han quedado 4, con administraciones centralizadas y con la reducción de las plantas de personal. Se han incrementado el recargo de trabajo y las enfermedades laborales; y ha disminuido la calidad de la atención.
La recuperación de los servicios de salud para el pueblo se puede lograr con el aumento de la lucha, no sólo de los sindicatos del sector, sino de todo el pueblo, porque de una u otra forma todos están inmersos en el problema, bien sea como usuarios o como trabajadores; Las organizaciones sindicales, campesinos, estudiantes, médicos, el pueblo en general deben organizar un frente común para echar atrás la privatización de la salud imponer el derecho a una salud digna, eficiente, oportuna y de calidad, derecho plasmado en la Constitución Política de Colombia Promover la movilización, haciendo realidad el paro nacional, exigiendo la derogatoria de la Ley 100. Los trabajadores no deben guardar ilusiones creyendo que los proyectos de ley presentados al congreso van a cambiar la situación de la salud de este país. Estos proyectos de ley sólo han servido de distractores de la lucha contra este modelo de salud que ha dejado más muertos que el conflicto armado en Colombia.
¡Profundizar la explotación en el sector salud es la meta del gobierno, luchar por la salud para el pueblo debe ser la meta de los trabajadores! No más muertos en las puertas de los hospitales

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