El Movimiento Sindical no debe confiar en enemigos como la OIT Gaceta Sindical Independiente #2

Educando a las Bases

EL MOVIMIENTO SINDICAL NO DEBE CONFIAR EN ENEMIGOS COMO LA OIT


En el 2014 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sacó a Colombia de la lista de los 25 países llamados a rendir cuentas por violar las normas laborales.


Más adelante el Ministerio de Trabajo justificó que la decisión de la OIT obedeció a “los progresos en el respeto laboral”, y mientras decían esto, a los trabajadores tercerizados se les niegan sus derechos sindicales, se les obliga a firmar documentos entregando sus derechos adquiridos y por todos los rincones del país los capitalistas siguen pisoteando los derechos laborales, despidiendo a trabajadores enfermos después de llevar más de 20 años de trabajo y agudizando la persecución sindical. Este es el progreso del que hablan los burócratas del Ministerio que no tienen que sobrevivir a todos los vejámenes que cometen los patronos capitalistas contra los obreros asalariados.

Es necesario que los trabajadores tomen conciencia de todo el daño que hacen organizaciones agenciadas por el imperialismo como la OIT y no deben reemplazar la capacidad de lucha por las ilusiones que ofrecen esas organizaciones.


Toda la ilusión de los trabajadores está en la denuncia que supuestamente la OIT puede realizar a nivel internacional, y aunque cumpliera, la sanción no va a pasar de “unas recomendaciones” a los capitalistas, que quedarán en el papel; mientras tanto cunde la desmoralización y desconfianza de la base frente a los dirigentes que defienden organizaciones como la OIT.


¡Qué bueno para los patronos que mientras los obreros enajenados confían en las organizaciones agenciadas por el imperialismo, ellos maniatan su lucha independiente contra las arremetidas del capital!


Para frenar la arremetida de los capitalistas contra los trabajadores se debe tener claridad de quiénes son los amigos de la clase obrera y quiénes sus enemigos, cuando esto se logre será posible avanzar. Se necesita para ello que los obreros adquieran consciencia de clase, pues aunque tienen la ventaja de ser la mayoría en la sociedad, falta organizarse con independencia de clase, independencia del Estado y de las instituciones que representan y defienden a los capitalistas, tal como es la Organización Internacional del Trabajo (OIT).


Es un deber de los dirigentes sindicales que honestamente luchan por defender los derechos de los trabajadores realizar todos los esfuerzos para brindarle claridad a sus bases, analizar la experiencia que ha tenido el movimiento sindical cuando ha depositado su confianza en los enemigos, que en la práctica no ha dejado resultados positivos para el conjunto de la clase, y así evitar caer redonditos en la ilusión de que organizaciones como la OIT los podrá salvar con sus supuestas “denuncias internacionales”.

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