La Revolución de Octubre removió los cimientos del capitalismo en el vasto imperio de los zares
La revolución ha sido obra del proletariado, que ha dado pruebas de heroísmo,ha derramado su sangre y ha arrastrado con él a las más extensas masas de trabajadores y de la población más pobre…Lenin
La historia de la revolución de octubre,
con motivo de la conmemoración este año de su centenario, se ha contado en
muchas páginas, programas de televisión, revistas, periódicos, blogs, en muchos
medios y de muchas formas. También puede encontrarse en el libro de John Reed,
escrito en 1919 Los
10 días que estremecieron al mundo al
igual que en la película que lleva este mismo nombre.
La burguesía y los oportunistas narran la
historia de manera sesgada y unilateral mostrando que la revolución rusa fue un
fracaso, mostrando a sus dirigentes como personajes nefastos para la humanidad
con el fin de desprestigiar el acontecimiento histórico pionero de la clase
obrera en el siglo XX, la revolución de octubre en 1917, que marcó un derrotero
para todos los países del mundo, removió los cimientos del capitalismo en el vasto imperio de los zares y puso en jaque el régimen capitalista mundial, que se volcó con todo su
arsenal de propaganda en contra del socialismo para generar desprestigio al
novel gobierno socialista.
La revolución de octubre de 1917 provocó el mayor
avance de las fuerzas productivas de cualquier país en la historia, pasó del
feudalismo a ser la mayor potencia industrial del mundo sobre la base de una economía
planificada, desarrolló la industria, la ciencia y la tecnología, abolió el analfabetismo, desarrolló grandes avances en salud, educación y cultura.
Mientras Rusia desarrollaba al máximo sus
fuerzas productivas, los demás países se sumergían en sus crisis con desempleo
masivo y hundimiento de sus economías, que desencadenaron la Segunda Guerra
Mundial. En los años finales de esta guerra Hitler quiso acabar con la Unión Soviética,
la avanzada del ejército alemán dejó por las estepas invernales más de 22 millones de vidas segadas, la mayoría
jóvenes que apenas se estaban formando en la nueva era del socialismo, así se
perdió gran parte de los hijos de la clase obrera con un alto grado de
conciencia, quienes serían los llamados a defender el legado de la revolución.
En escasos veinticinco años, la urss
era el mayor productor de petróleo, acero, cemento, maquinaria pesada y otros
que no existían en el capitalismo hasta ese momento. Aquí debemos destacar que
este gran avance que convirtió a la urss
en potencia mundial lo consiguió casi sin desempleo, fue ejemplo para el mundo
en tener a sus trabajadores con las mejores condiciones de vida, igualdad de
condiciones laborales para la mujer, guarderías infantiles, comedores
comunitarios, buenas condiciones de higiene, salud, recreación, alimentación,
educación que contribuían al bienestar general de toda la sociedad.
Las noticias volaron, este ejemplo se
conoció por todo el mundo, las exigencias de los obreros en cientos de países
ya tenían un referente y con este empezaron nuevas peticiones a sus patrones,
los paros y las huelgas no se hicieron esperar.
Los obreros del mundo empezaron a adquirir
conciencia de su importancia como clase, los sindicatos se encargaron de
divulgar las nuevas teorías socialistas con base en las cuales se logró el
triunfo de la revolución al apropiarse de ellas comenzaron a actuar con
independencia de clase, se empezaron a formar en estas nuevas teorías, a elevar la conciencia de los trabajadores
sobre la necesaria relación entre la lucha sindical o de resistencia económica
y la lucha política de la clase obrera por acabar la explotación como lo enseñó
la revolución de octubre. Los sindicatos se convirtieron en defensores de su propia causa, no dependían de asesores
externos para enfrentarse al patrón, es así que los dirigentes sindicales se
volvieron expertos en la defensa de sus hermanos de clase, en fundar
organizaciones sindicales, en defender las Convenciones Colectivas presionando
con la huelga, para conseguir los derechos negados por centurias a los
trabajadores y que no habían sido ni siquiera reconocidos en el sistema
capitalista baluarte de la democracia y de los derechos humanos.
Los 100 años de la
Revolución de Octubre deben servir para que la clase obrera retome
sus enseñanzas y confíe en su formidable capacidad de lucha, hoy más que nunca
se necesita la unidad, la conciencia, la independencia de clase y seguir el
ejemplo que significó esta gran gesta para el avance de toda la sociedad y en
particular para los obreros del mundo.
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