LA MASACRE DE LAS BANANERAS Y SU RELACIÓN CON EL PUEBLO TRABAJADOR HOY EN DIA

 
 


 

Este 2020 se cumplen 92 años de la masacre de las Bananeras, la cual paso a la historia como el Bautismo de Sangre de la clase obrera, pero ¿qué significación tiene esta historia para nuestras condiciones actuales como clase obrera? ¿Qué podemos aprender de ella? Para contestar estas preguntas el presente artículo aborda los nueve puntos del pliego de los huelguistas bananeros de 1928 y su relación con el presente. Pero antes una breve historia.

Corría el año de 1928 y en aquel 5 y 6 de diciembre las armas del régimen de Abadía Méndez cegaron la vida de cientos de los obreros y sus familias quienes desde esa fecha y por cuatro meses sufrieron los vejámenes, las persecuciones y los asesinatos que se presentaron en la zona bananera, como parte de la política trazada en aquel momento, que consistía en no permitir, por ningún motivo, las justas exigencias de los trabajadores y menos contra una empresa extranjera como la United Fruit Company, el saldo total de la codicia y prepotencia del Estado colombiano coludido con la empresa americana fue de cerca de 3 mil muertos y cientos de familias separadas o desplazadas.


Los trabajadores en aquella época sentaron las bases para una lucha a largo plazo en todo el país, desenmascarando las duras condiciones de explotación a las que eran sometidos, corroboraron que no podían luchar efectivamente cada uno por su lado, de tal forma, que se organizaron para exigir una mejora de su situación, concentrando sus exigencias en un Pliego de nueve puntos y utilizando el arma de la Huelga para conseguirlos.

Los puntos que exigían se presentan actualmente, pero en diferente forma:

Punto 1: Reconocimiento como trabajadores de la empresa aboliendo el sistema de contratistas. Como se puede apreciar los subcontratos, intermediarios, oficinas de empleo y toda forma de tercerización no es nueva. De tal forma, que aún se hace necesario luchar por contratación directa e indefinida.

Punto 2: Seguro colectivo obligatorio, cuestión que actualmente es socavada por la contratación por horas, ya que por ese medio se aseguran los empresarios-capitalistas de desatenderse del pago de la seguridad social y derechos laborales que se calculan con base en el salario, y que corresponde a salud, pensión y primas.

Punto 3: Reconocimiento y compensación por accidentes de trabajo, que para nuestra actualidad se relaciona directamente con el ataque a la estabilidad laboral reforzada debido a que ella permite la continuidad laboral en caso de accidente.

Punto 4: Habitaciones higiénicas y descanso dominical. Punto que para la época era imprescindible para no enfermar en el campamento donde eran recluidos los trabajadores y que para nuestros días se refiere a garantizar el bienestar laboral que no permita el deterioro físico y mental de los trabajadores en especial de las mujeres.

Punto 5: Aumento del 50% de los jornales menores a 100 pesos mensuales, en la actualidad esta reivindicación es de todo el pueblo trabajador colombiano, pues ha sido socavada por las tramoyas y negocios de algunos “dirigentes sindicales” que le hacen el juego al patrón cada año, amagando con una “exigencia” distinta a la miserable oferta de los empresarios, como seguramente ocurrirá este 2020, cuando piden un aumento del 14 % que terminara como siempre en un 2 o 4%.

Punto 6 y 7: Supresión de los comisariatos y no más pagos y préstamos en vales. Los comisariatos eran tiendas de la propia empresa que solo recibían fichas o vales dadas como pago por las labores en la plantación; en nuestros días estas formas no persisten, pero se asimilan a los grandes centros de acopio donde entre comerciantes se ponen de acuerdo para cobrar sumas más altas por los productos y alimentos, de allí que existan propuestas para comerciar sin intermediarios y se han adelantado por parte de algunos sectores los mercados populares campesinos para comprar directamente al pequeño productor.

Punto 8: Pago semanal que en la actualidad esto asume formas de acuerdo a la contratación, donde muchos reciben quincenalmente y otros mensualmente su salario, pero que en aquella época era utilizado para endeudar continuamente a los trabajadores, de tal forma que al final de mes mediante el sistema de multas, comisariatos y vales quedaran endeudados con la compañía.

Punto 9: Más hospitales y mejores servicios hospitalarios, reivindicación concreta porque la atención no solo del obrero sino de su familia corría a inicios de siglo por cuenta de organizaciones eclesiásticas quienes no podían brindar un servicio de calidad a falta de recursos. Para nuestros días esta exigencia tiene relación con el mantenimiento de la red hospitalaria distrital, el pago a los servidores de la salud y el acceso de la población a sus servicios, todo ello mediado y desmejorado por la Ley 100 que hizo de la salud un negocio privado.

Como vemos las reivindicaciones aún se presentan, pero se puede afirmar que ¿nada ha cambiado? NO, las condiciones que enfrentaron estos trabajadores en una región de Colombia y las semillas de lucha y organización que sembraron perduran en el espíritu de lucha de nuestro pueblo, las condiciones han cambiado gracias a estas gestas heroicas del pueblo, la experiencia se ha fortalecido, el derecho de organización, afiliación y de huelga ya no es un delito y la clase obrera tiene ante sí que luchar incluso contra la influencia de la burguesía en sus propias filas.

Finalmente, los huelguistas bananeros nos enseñaron que en todo el mundo la clase burguesa es una misma y actúa igual, muestra de ello, es que durante años han utilizado sus medios represivos de igual forma que en las Bananeras, como en la Masacre de 1922 en Ecuador, la matanza de los mineros en Santa María de Iquique de 1907 en Chile, Masacre de Malpaso de 1930 y la de Rancas en 1960 en Perú, por nombrar algunas que se parecen a nuestro 9, 10 y 11 de septiembre de este año.

¡LOS OBREROS DE LAS BANANERAS ENSEÑARON QUE LOS DERECHOS SE CONQUISTAN EMPUÑANDO EL ARMA DE LA HUELGA!

 
 
 
 
 
 
 
 

 

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