Escuela Sindical Maria Cano

   La sociedad colombiana es capitalista y el Estado está al servicio de las clases dominantes quienes a su vez son socias y salvaguardan los intereses de grandes corporaciones y entidades que buscan el beneficio económico por medio de la explotación de la fuerza de trabajo (reduciendo salarios y condiciones laborales, aumentando las jornadas, el ritmo o las funciones en el trabajo) y destruyendo la naturaleza.   Ante las crisis cíclicas de este modo de producción toman medidas en detrimento del pueblo trabajador: aumentando los impuestos, desmejorando las condiciones de vida del pueblo, y atentando contra sus organizaciones, porque para ellos, representan una amenaza, por lo cual financian grupos paramilitares, aumentan el pie de fuerza y destinan grandes cantidades de dinero en mantener instituciones represivas como la policía y el ejército. Por su lado, la respuesta del pueblo no se ha hecho esperar y desde hace un tiempo para acá viene reactivando su lucha, tal es el caso de:

      Este 2020 se cumplen 92 años de la masacre de las Bananeras, la cual paso a la historia como el Bautismo de Sangre de la clase obrera, pero ¿qué significación tiene esta historia para nuestras condiciones actuales como clase obrera? ¿Qué podemos aprender de ella? Para contestar estas preguntas el presente artículo aborda los nueve puntos del pliego de los huelguistas bananeros de 1928 y su relación con el presente. Pero antes una breve historia. Corría el año de 1928 y en aquel 5 y 6 de diciembre las armas del régimen de Abadía Méndez cegaron la vida de cientos de los obreros y sus familias quienes desde esa fecha y por cuatro meses sufrieron los vejámenes, las persecuciones y los asesinatos que se presentaron en la zona bananera, como parte de la política trazada en aquel momento, que consistía en no permitir, por ningún motivo, las justas exigencias de los trabajadores y menos contra una empresa extranjera como la United Fruit Company, el saldo total de la codicia y pre